Premiaron a Leila Guerriero y Jorge Fernández Díaz: “Una facción busca domesticar al periodismo"

En una sala colmada de la Biblioteca Nacional, la Academia Nacional de Periodismo celebró el Día del Periodista con una ceremonia marcada por la emoción, la memoria y una defensa firme del oficio. Allí, Leila Guerriero y Jorge Fernández Díaz recibieron la Pluma de Honor, galardón que reconoce trayectorias comprometidas con la palabra libre y la convivencia democrática. En el mismo acto, las hijas de Jorge Lanata –Bárbara y Lola, visiblemente conmovidas– recibieron el diploma que lo reconoce como Académico Honorario.
Jorge Fernández Díaz, distinguido con la Pluma de Honor 2025 por la Academia Nacional de Periodismo en la Biblioteca Nacional. Foto Maxi Failla.
No son tiempos simples para este oficio y de este presente se ocupó Fernández Díaz, distinguido con la Pluma de Honor 2025, que con aplomo y serenidad ofreció un discurso, que fue también, una lección.
Agradeció a Joaquín Morales Solá, presidente de la Academia, a La Nación y a Radio Mitre –sus hogares profesionales, dijo–, y a sus colegas, “esa familia elegida que forma el alma misma del oficio”. Pero el tono pronto viró hacia una contundente advertencia: “El periodismo está en la mira del poder. Una vez más. Solo que hoy es acosado por ingenieros del odio que usan las redes y los servicios, y pronto usarán la inteligencia artificial para desacreditar a los periodistas”.
La defensa del periodismo como resistencia se volvió el eje central de su mensaje. “Nos atacan porque somos peligrosos. Porque podemos rasgar el velo del engaño. Si no dijéramos cosas incómodas, la democracia no sería posible. Solo existirían el monólogo, la hegemonía y la autocensura”.
Por eso, reconoció el esfuerzo de la “infantería del periodismo, que suele recurrir al pluriempleo porque está mal paga, pero que recorre cotidianamente el territorio y nos trae información muy valiosa desde las entrañas mismas del palacio inexpugnable”.
Jorge Fernández Díaz, distinguido con la Pluma de Honor 2025; Claudio Jacquelin; prosecretario General del diario La Nación; el exjuez Ricardo Gil Lavedra, presidente del Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal; Joaquín Morales Solá, presidente de la Academia Nacional de Periodismo; Roberto Guareschi, secretario general de Redacción de Clarín entre 1990 y 2003; el periodista Alfredo Leuco y el columnista de Clarín Eduardo Van der Kooy. Foto: Maxi Failla.
Y fue más allá: denunció que “una facción busca domesticar al periodismo, marcando periodistas como enemigos del pueblo”, en lo que describió como una “decisión de Estado con implicancias criminales”.
Una facción busca domesticar al periodismo, marcando periodistas como enemigos del pueblo.
“Quieren instalar la estúpida idea de que el periodismo se encuentra en proceso de extinción –advirtió‘. No, el periodismo –en un país donde la oposición republicana mira para otro lado y va defeccionando de sus principios- es la última resistencia de la democracia liberal y la última barrera contra la gran mentira”.
El escritor y periodista, que viene de ganar el Premio Nadal de Novela con El secreto de Marcial (Alfaguara), también rescató la bohemia de las redacciones del siglo pasado, donde aprendió el oficio en compañía de “redactores ignotos que recitaban a Dante y a Cervantes”, y donde se forjó “una vocación de vida”.
La sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional estuvo colmada durante la ceremonia. Foto: Maxi Failla.
La pasión, dijo, sigue viva, pero requiere autocrítica: “Algunos colegas se suben a campañas sucias, repiten consignas dictadas por mandarines con billetera. Nuestra audiencia no puede ser nuestra tirana. Si perdemos la autoridad moral, lo perdemos todo”.
Citó también a Arturo Pérez-Reverte: “Cuando lleves un bloc y un bolígrafo en la mano, quien debe tenerte miedo es el alcalde a ti”. Para Fernández Díaz, esa vieja sentencia resume el rol esencial de los periodistas: interpelar al poder sin miedo, incluso a costa de incomodarlo.
Las hijas de Jorge Lanata –Bárbara y Lola– recibieron el diploma que lo reconoce como Académico Honorario. Foto: Maxi Failla.
Tras la ceremonia, consultado por Clarín sobre los desafíos actuales, fue tajante respecto al avance tecnológico: “Lo que va a pasar con la IA, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que cada vez que dijeron que iba a desaparecer algo, no desapareció. Ahora dicen que va a desaparecer el periodismo. No va a pasar”.
“No sé si he hecho mucho por la libertad de expresión –había comenzado el acto Guerriero–, solo intenté e intento contar historias sin reduccionismo, narrar haciendo espacio a los matices y las contradicciones, y ser tan consecuente como puedo con una idea que mantengo desde que empecé a trabajar y esa idea es que no se trata de llegar primero, ni de llegar más rápido, sino de llegar mejor”.
Galardonada por el año 2024, Leila Guerriero junto aJoaquín Morales Solá, presidente de la Academia Nacional de Periodismo. Foto: Maxi Failla.
Galardonada por el año 2024, Leila Guerriero nació en Junín, provincia de Buenos Aires. Empezó a escribir textos periodísticos con su pluma inigualable en 1991 en la revista Página 30. Desde entonces, publicó numerosas historias que sacudieron profundamente los límites de lo conocido. Su libro más reciente, La llamada, recibió el Premio de la Crítica que entrega la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
En el marco de la ceremonia, ofreció un discurso sobrio y entrañable. Recordó sus inicios, agradeció a quienes la ayudaron a encontrar su voz: Lanata, contó, le dio su primer trabajo y Fernández Díaz fue el primero en decirle "lo que necesites, cuando lo necesites" cuando se fue del diario La Nación.
Los periodistas Norma Morandini, Daniel Santoro, Miguel Wiñazki junto al editor General Adjunto de Clarín, Ricardo Roa, entre los asistentes al acto por el Día del periodista de la Academia Nacional de Periodismo. Foto: Maxi Failla.
Pero recordó que, además, Lanata hizo lo que hacen los mentores: vio en Leila la gran periodista que es hoy. Así lo contó ella: “Me pareció significativo que este reconocimiento estuviera enlazado con el hombre que vio en mí a una periodista antes que yo me diera cuenta de que lo era, y con el hombre que, siendo un periodista con muchos más años de experiencia que yo, estuvo dispuesto a tenderme una mano en un momento muy complejo”.
Si estoy acá es porque otros abrieron el camino para que yo y muchos como yo en América Latina, en Centroamerica y en España, pudieramos trabajar contra la urgencia.
Guerriero también rindió homenaje a quienes la antecedieron: “Pero si estoy acá es porque otros abrieron el camino para que yo y muchos como yo en América Latina, en Centroamerica y en España, pudieramos trabajar contra la urgencia, pudieramos reivindicar la necesidad de tener el tiempo necesario para escribir una crónica o un perfil a lo largo de meses, pudieramos oponernos a la prisa, a los clicks, a la tiranía de eso que llaman las audiencias y que muchos de nosotros seugimos llamando ‘los lectores’”.
Entre ellos, mencionó a Rodolfo Walsh, a Tomás Eloy Martínez, a María Moreno y destacó a Martín Caparrós, nombre que disparó fuertes aplausos. “Lo que ha hecho él con su trabajo como cronista y al frente de talleres en distintos países de habla hispana, apoyando el trabajo de colegas de varias generaciones, fue y es inmenso”, recordó.
Jorge Fernández Díaz, distinguido con la Pluma de Honor 2025 por la Academia Nacional de Periodismo, saluda a Ricardo Kirschbaum, editor General de Clarín. Foto Maxi Failla.
Con este galardón, Guerriero y Fernández Díaz se suman a una distinguida lista de periodistas premiados por la Academia, entre los que figuran Tomás Eloy Martínez, Magdalena Ruiz Guiñazú, Carlos Pagni y Graciela Mochkofsky, entre otros.
En diálogo con Clarín, la autora de libros inolvidables como Los suicidas del fin del mundo dijo: “El género que yo hago es el periodismo narrativo, no es el del día a día, pero creo que hay que detenerse, tratar de pensar mejor, de no dejarse aturdir por el ruido y la furia, hasta donde se pueda, porque yo entiendo que los ataques personales son muy fuertes”.
Joaquín Morales Solá, presidente de la Academia Nacional de Periodismo en el acto por el Día del Periodista en la Biblioteca Nacional. Foto Maxi Failla.
Entre los presentes, estuvieron Ricardo Kirschbaum, editor General de Clarín; el editor General Adjunto de Clarín, Ricardo Roa; Claudio Jacquelin; prosecretario General del diario La Nación; el exjuez Ricardo Gil Lavedra, presidente del Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal; Roberto Guareschi, secretario general de Redacción de Clarín entre 1990 y 2003; los periodistas Alfredo Leuco, Daniel Santoro, Silvia Naishtat, Silvia Fesquet, el columnista de Clarín Eduardo Van der Kooy, Norma Morandini, Miguel Wiñazki, la productora Andrea Rodríguez y la artista Sarah Stewart Brown, exparejas de Jorge Lanata; la exministra Graciela Fernández Meijide.
También presenciaron el acto los diputados Silvana Giudici, Facundo Suárez Lastra y Facundo Manes; la presidenta de FOPEA, Paula Moreno; el presidente de Poder Ciudadano, Martín D'Alessandro y el titular de ADEPA, Martín Etchevers, entre muchas otras personas.
El acto cerró con una frase proyectada en pantalla que resumió su espíritu: “Solo mediante la discusión abierta y la información sin barreras se hace posible buscar respuestas a los grandes problemas colectivos”. En tiempos de polarización y ruido digital, la ceremonia dejó una certeza: todavía hay periodistas que creen que decir la verdad sigue siendo un acto de coraje.
Clarin